El general retirado Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, se declaró culpable ayer de haber mentido a investigadores sobre sus contactos con un alto diplomático ruso en diciembre del año pasado.
La admisión de culpabilidad representa un verdadero terremoto político para el gobierno de Trump, a pesar de los esfuerzos desplegados por la Casa Blanca en esta misma jornada para despegarse del escándalo.
Al ser consultado este viernes por un juez del Distrito de Columbia si deseaba declararse culpable, Flynn apenas respondió: “Sí, señor”.
Flynn fue inculpado por ofrecer “falso testimonio” en “un asunto bajo jurisdicción de una rama del poder ejecutivo del gobierno de Estados Unidos”, según documentos de la oficina del Fiscal Especial, Robert Mueller.
La confesión de Flynn se enmarca en la investigación que encabeza el Fiscal Especial, Robert Mueller, sobre la eventual colusión entre el comité de campaña de Trump y funcionarios rusos durante la carrera presidencial del año pasado.
En una nota oficial, Flynn dijo que asumía “plena responsabilidad” por sus actos y admitió que como parte del acuerdo con la justicia pasará a colaborar de buena fe con el equipo de Mueller, precisamente lo que la Casa Blanca más temía.
Casi de inmediato, el abogado de la Casa Blanca, Ty Cobb, buscó minimizar el rol de Flynn en el gobierno de Trump, apuntando que ocupó el cargo por solamente 25 días e incluso lo definió como “un exfuncionario del gobierno de (Barack) Obama”.
“Nada en la admisión de culpabilidad o en los cargos implica a nadie más que al señor Flynn”, afirmó Cobb.
No obstante, varios de los documentos divulgados sugieren lo contrario.
A fines de diciembre de 2016, cuando ya había sido seleccionado por Trump para ser asesor de Seguridad Nacional en el gobierno en formación, Flynn mantuvo varios contactos con el entonces embajador de Rusia en Washington, Sergei Kislyak.
En algunas conversaciones Flynn discutió con Kislyak la necesidad de evitar una escalada de tensiones entre Washington y Moscú a raíz de las sanciones que el gobierno de Barack Obama imponía en ese momento a Rusia. Una vez que el nuevo gobierno asumió el poder, el Departamento de Justicia alertó a la Casa Blanca sobre esos contactos y advirtió que la continuidad de Flynn en el cargo lo exponía a ser chantajeado por funcionarios rusos.
Flynn, un general de EE. UU. Caído en desgracia
Michael Flynn, el exconsejero de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, era un brillante oficial de inteligencia cuya reputación se derrumbó tras revelarse que mantuvo contactos con funcionarios rusos y que mintió al respecto.
El exdirector de inteligencia militar, conocido por su indulgencia con Rusia, su línea dura contra el extremismo islámico y su respaldo al presidente turco Recep Erdogan, era una de las escasas figuras de la defensa estadounidense que apoyó a Trump en la campaña.
Tras asumir el cargo casi a la par que Trump asumía la presidencia, Flynn fue obligado a renunciar el 13 de febrero debido a sus contactos con Moscú.